Existen momentos en el que te topas con personas de tu era, con un montón de coincidencia que nada más terminar la sesión de fotos nos quedamos un par de horas charlando; y eso mola.
Puede que sea repetitiva pero es que este es el secreto de mis fotografías, y es la comodidez de los que están delante del objetivo. Jesús y Laura fueron tal y como son, sin cortes ni vergüenzas; solo disfrutando de la sesión de fotos y echar un buen rato.
Una vez más, agradezco a estos dos por haber confiado en mí y por la pedazo de tarde que echamos.
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